
Aun recuerdo, ver a las personas caminando, los vendedores, los niños, el aroma que provocaba en mi... Más naturaleza que nada, un clima frío, pero cálido en la gente, los algodones de azúcar muy grandes y de colores llamativos. Pero más me fascinó, este separador, que fue hecho a mano, por artesanos de Chiapas. Esos colres son hechos con insectos que le dan el parecido al color. Sorprendente no lo crees?
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